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sábado, 30 de junio de 2012

Lady Eve: de Preston Sturges. Y Henry Fonda.


Química Especial de Alta Comedia.


Cuando Preston Sturges, director nacido en Chicago, se fue acompañando a su madre a una gira por Europa (Francia, Suiza o Alemania) a la edad de 3 años, sin duda comenzó a impregnarse de una forma de hacer cine. Hasta su vuelta cercana a la edad de 20 años a USA.
Pero, sería en la época de los 40´s cuando se encargaría de regalarnos una serie de películas del sello Paramount para el recuerdo cinéfilo.

Ah, a quién no le hubiera gustado estar presente en aquellos grandes estudios de los sueños de Hollywood, observar y tocar los decorados especialmente diseñados para viajar con la imaginación a otros territorios.

Países o planetas imaginarios, épocas históricas relevantes. Dónde las ubicaciones de masas de los extras se dirigían desde una lugar privilegiados en una silla detrás de una cámara. Y verles descansar entre toma y toma, con sus trajes relucientes al sol y su bocadillo.
O visitar los grandes escenarios en casas mayestáticas, con sus escaleras para el paseo de las estrellas. Los restaurantes y clubes, los barcos con sus camarotes y sonrisas, o cubiertas de plateadas por la luna para las mejores declaraciones románticas del cine.

En 1941, plena guerra mundial, Sturges tuvo la inspiración divina de conjuntar el fulgor de dos estrellas, una de las tierras montañosas de Nebraska (marcaría su rostro la dureza del terreno), la otra dulce y poderosa sacada del centro de la Gran Manzana.
Bárbara Stanwycky sus tersas piernas en lycra, se une a un joven (pero ya con importantísimos trabajos en su haber), Henry Fonda.
Lady Eve o Las 3 noches de Eva, fue una inspiración de talentos para la comedia. A las megaestrellas se une un grupo de fantásticos actores de reparto, y Preston Sturges hizo posible una química que desborda la pantalla.

El director americano maniobra con sencillez técnica, usando los recursos de la luz para deslumbrar con escenas de alta comedia. Interpretaciones de Fonda y Stanwyck sobrenaturales, en las que la química se desborda y las endorfinas de la sensualidad producen escenas mágicas y llenas de un humor blanco e inteligente. Romanticismo elevado a la enésima potencia.
Y encima con el póker presente durante el desarrollo de la partida de Eva. Es uno de mis entretenimientos preferidos. Qué más se puede pedir.


Bárbara Stanwyck era puro fuego neoyorkino. Su manera de interpretar hacía subir los niveles de excitabilidad a su máxima expresión.
Era capaz de plantarse y tener a un joven Henry Fonda a sus pies, tratando como un niño "atar los cordones rebeldes de unas zapatillas de deporte". Y éste, mirar hacia arriba, hacia el infinito de unas piernas inolvidables.
Era capaz también, de acercarse a los labios sin besarse y establecer una comunicación en la que sólo habla ella, por que él está entregado y vencido.


Su carácter podía hacerla pasar por hechicera en las artes del amor y los celos, hasta transformarse en una peligrosa vividora y aprovechadora de fortunas ajenas, maniobrando ante el tapete de una mesa para no desvalijar a su enamorado.

Hasta volver como otra persona, con gran jerarquía y fortuna adquirida. Y volver a enamorar al sorprendido (castigado por mil y una peripecias cómicas) con sus forma de hacer comedia sofisticada y glamurosa.
Así, era ella. Así era Eva. Y así nos enamoramos con ella.




HENRY FONDA

Está es una pequeña reflexión sobre el mítico actor y padre de actriz. Jane Fonda.

Me dirijo a la hija de este enorme profesional y actor, con la casta de los Fonda. Una niña que tuvo que observar como su padre se bifurcaba entre la realidad de la casa y sus innumerables proyectos como actor. (Creo que 113 aproximadamente).

Jane Fonda dice: "Mi padre se estaba muriendo y yo pasaba ratos muy largos sentada junto a su cama en silencio, con la esperanza de que me dijera algo, de que me hablara de lo que pensaba y sentía mientras se apartaba de nosotros... Pero nunca dijo nada".

No te preocupes Jane, a otras muchas personas nos ha ocurrido con personas queridas. Esa experiencia vital es de las que no se olvidan jamás. Cuando los años de experiencia vividos te conforman como un todo, los recuerdos, las dudas y los miedos, que no supimos o pudimos hacer frente. Sólo nos quedan emociones en el interior.

Tu padre, además de ser querido por la familia, es idolatrado por ser uno de los grandes actores de Hollywood. Se convierte por derecho propio a ser una de las caras con más aristas y privilegiadas para este trabajo vuestro.
Su gesto en Lady Eve, de joven y alegre millonario embriagado por el amor, absorbido por los efluvios de alta concentración de perfume y sensualidad, hace que junto a Bárbara Stanwyck realizarán algunas de las mejores escenas de la comedia cinematográfica de los 40´s.
Una de las mejores películas románticas plagadas de sonrisas, a sumar a la infinidad de títulos que Henry Fonda realizaría antes y después de ella. Y en todos los registros posibles abordados por tu padre.

El juego que les mantiene unidos a ambos durante inolvidables minutos en aquellos camarotes conforman unas escenas mágicas que transmiten su categoría profesional. Con ellos nos acercamos juntos mejilla con mejilla, hablándonos casi a susurros, sintiendo y riéndonos del amor.
Un amor universal ya. No como el que sintió un adolescente como yo, cuando ví tus películas vestida de Barbarella. Jane y Henry Fonda, gracias por los momentos que nos hicisteis y hacéis pasar.

Jane Fonda y Henry Fonda: "Como él no podía acercarse a mí, yo procuraba acercarme a él... meterme dentro de su cuerpo, convertirme en él. Pena... por la incapacidad para incomunicarse conmigo o con mi hermano Peter"
"Me aterra ese momento de la vida en que uno descubre que se le ha acabado el tiempo y se deja invadir por el remordimiento, sin poder solucionar nada ya".

Si te sirve de consuelo, todos nos metemos en sus ojos y su cuerpo, soñando con historias románticas como Lady Eve, granjero preocupado por mantener a su familia en Las Uvas de la Ira, emulando a una leyenda de la historia en USA como sería el General Custer en Pasión de los Fuertes, o un ajado y despidado pistolero con ceño para asustar al más valiente en Hasta que llegó su Hora.
Todos de pequeños quisimos en algun momento ser como tu padre, ellas como Barbara. Somos de la generación que crecimos viendo vuestras grandes películas.

Y la gran mayoría, pasamos los tragos amargos de la vida, haciéndonos las mismas preguntas sin respuesta. Quizás, estas respuestas estén en el aire del añejo celuloide.

***** Excelente *****

Trailer Lady Eve (1941), de Preston Sturges. Reparto: Barbara Stanwyck, Henry Fonda, Charles Coburn, Eugene Pallette, William Demarest, Eric Blore, Melville Cooper, Martha O'Driscoll y Janet Beecher. Paramount Pictures:

Homenaje visual y musical con Miss Barbara Stanwyck

sábado, 23 de junio de 2012

Despedidas.



Los seres queridos no te olvidan.

Óscar mejor película de habla no inglesa en 2008. Nacionalidad: Japón.


Ante la terrible situación de tener casi preparada esta pequeña referencia de una magistral película japonesa, me hallé con la fecha fatídica del 22 de Junio, en la cual nos enteramos de la penosa pérdida de un gran actor español, Juan Luis Galiardo Comes.

Un caballero de la escena según describen el carácter generoso y daditativo del prolífico y magnífico actor. Un ejemplo para los jóvenes actores, tanto dentro como fuera de la pantalla y del teatro.
Muchas y notables fueron sus apariciones en numerosas películas y obras teatrales, polifacético en todos los registros. Creo que merece un gran homenaje, que seguro el cine español sabrá tributarle.
Mi pesar a sus familiares y amigos.
D.E.P.

Desgraciadamente (y afortunadmente para todos) la vida debe continuar, pero la muerte es traicionera y está sembrando un camino oscuro que ya nunca volverá a esta iluminado por sus presencia. Hoy nos ha dejado otro de los grandes del cine español, Tony Leblanc, una pérdida irreparable. D.e.p. Tony Leblanc.
A ella se suman en una aciaga carrera luctuosa en el 2012 a las figuras también míticas, del gran Miliki, el director recordado José Luis Borau, la inmensa figura del actorazo Sancho Gracia. El cine español está de luto permanente este año. Descansen en paz.

Como la vida es una traicionera, esta semana anterior se ha portado muy mal con el cine español. Al duelo del año anterior y a pocos meses, nos dejan con una lágrima por su recuerdo, otros dos míticos de las tablas y el escenario. La entrañable María Asquerino y la portentosa voz de Pepe Sancho. D.e.p.

Despedidas del director japonés Yojiro Takita (La Espada del Samurai), trata de forma natural y cargada de esteticismo el último viaje de los seres queridos al aciago destino final. Con interpretaciones cargadas de sensibilidad, aunque también crítica social durante todo su metraje.

El cine oriental pareciera una forma artística excepcional en los parámetros superiores de calidad actual. Su forma contemplativa de observar la realidad, es simplemente una forma inequiparable respecto al resto de cinematografías mundiales. El número de films con calidad semejante a Despedidas es de agradecer en los tiempos de crisis generalizada que vivimos.
Aunque es bien cierto, también, que esta película fue rodada ya hace 4 años y por entonces las cosas no habían derivado aún, hacia la presente crisis financiera del séptimo y demás artes.

Despedidas es un viaje a la cultura ancestral japonesa de la muerte, a sus ritos, pero también es una evidente ramificación de los caudales antropológicos del individuo y de la familia.
Así mismo es una sublimación de la imagen fotografiada, con escenas de belleza exterior e interior, y unos diálogos milimétricos encajados con maestría por el director nipón. Y la cálida banda sonora del compositor japonés Joe Hisaisi:


Es posible que pueda tener detractores, por su ritmo pausado en ocasiones (lirismo más bien diría yo), mas se establece una comunión con los sentimientos tan profunda que nos vemos reflejados, nosotros mismos despidiendo a nuestros seres ya fallecidos. Una comunión perfecta de sentimientos y confrontaciones ramificadas, que derivan hacia la reverencia sublime del ser querido. Pero, también al legado de la polémica sobre los familiares y amistades, donde las culpas salen a la luz en el último instante.
Igualmente se decanta por enfrentar las viejas creencias religiosas y espirituales, con los cánones modernos de un trabajo fuera de su tiempo ancestral.
Ya nunca verás un profesional de los preparativos del difunto, de igual manera, cuando te adentres en este potente film.

Sin embargo, las consecuencias trágicas de la pérdida se ven homanajeadas en sus partes más emocionales, lo cual supone un desahogo introspectivo del espectador. Una cascada de reflexiones que nos llevan a preguntarnos, si la muerte es totalmente penosa o por el contrario es una lucha entre los hechos tragicómicos de la vida.

Un ritmo de rodaje pausado, no quiere decir aburrimiento, ni mucho menos. La belleza de sus imágenes y la recreación de los desconocidos rituales (para la parte occidental que nos toca), se nos presentan reveladores de la salvación del alma como en otras tradicones religiosas. La armonía y serenidad nos lleva a seguir con la mirada estufepacta las maniobras de verdaderos superdotados de la estética necrológica.

La muerte como otro capítulo más de la existencia. De la vida de personas corrientes con sus defectos y sus virtudes, como nosotros. Ante la muerte todos nos volvemos de la misma condición, independientemente de la raza o creencia religiosa de cada cultura. Además no se trata únicamente de acompañar los momentos de duelo al difunto, que ya sería de por sí bastante consistente.

Se trata de una lucha personal.
El protagonista principal Masahiro Motoki (excepcional interpretación junto al resto del reparto) se debate en su fuero interno ante su posición social, su pareja y el amor... pero sobre todo, lucha consigo mismo y sus creencias iniciales.

Todo será cuestionado. Hasta que el refugio de una residencia espiritual, se cruza en su camino. Y el trabajo exhaustivo, le devolverá la felicidad.
Ese trabajo que te apasiona y que te hace recuperar, todo aquello que perdiste algún día.
Qué haya mucho trabajo reparador para todos.

***** Sobresaliente *****


Hara-kiri: Death of a Samurai, de Takashi Miike. Reparto: Ebizo Ichikawa, Eita, Koji Yakusho y Hikari Matsushima. Trailer:



For Love's Sake, será la siguiente producción de Takeshi Miike e interpretada por Satoshi Tsumabuki y Emi Takei. Trailer V.o.s. inglés:


Por último, trailer del film Cold Fish (Tsumetai nettaigyo), del director japonés Sion Sono. Reparto: Denden, Mitsuru Fukikoshi y Megumi Kagurazaka.


domingo, 17 de junio de 2012

L´apollonide: Souvenirs de la maison close.


Prostitución de postín en París.


Cuando entráis en la maison de una madame en el París de finales del s.XIX, como L´apollonide, se podrán realizar todos aquellos deseos sexuales que siempre soñastéis realizar.
En una sociedad donde los estándares sobre sexo estarían bastante revolucionados, con la creación del nuevo metro moderno que cruzaría París en pocos minutos. Las chicas de la época se pasearía con sombrillas y trajes largos, por las calles de la Exposición Universal de 1900, coqueteando con sus guiños o sus caídas de pañuelo. Juegos Olímpicos incluidos en el escaparate de la conquista.

Las claves del liberalismo de espíritu se estaban construyendo por entonces, a los pies de una recién inaugurada Torre Eiffel emergiendo como un falo metálico, sobre el crecimiento social que frenaría poco después la gran guerra. Los franceses de ambos sexos siempre han destacado por avanzar en los caminos del albedrío libertario, tanto en el sexo como en otros departamentos de la vida.

Sin embargo, bastaba con mirar las tiradas de periódicos sensacionalistas y de noticias morbosas, para descubrir asesinatos o maltratos por condiciones de sexo u otras. Los escándalos sexuales empiezan a salir a la luz, pero en una casa de prostitución de lujo, es mejor no decir está boca es mía.
Las chicas maltratadas tenían que encerrarse entre las paredes de dichos lupanares, en los márgenes del Sena. Mujeres maltratadas o poco consideradas socialmente, eran tratadas como geishas occidentalizadas (a veces con mucha menos delicadeza) por los clientes de alto copete, e incluso, los primeros estudios científicos sin base.

Estilos del kamasutra y otras desviaciones se producían en secreto en las habitaciones regidas por la gran Madame. Historias depravadas de amor y lujuria, acalladas por la actividad económica y fornicadora.
Los hombres elegantes de la alta sociedad se reunían para olvidar sus problemas laborales, sociales o familiares. Pero, siempre con careta.

Ellas, en cambio, se desnudan por dentro y por fuera contándonos las miserias de su difícil práctica laboral. Jóvenes perseguidas por acosadores que tratan de esclavizarlas por un coste ínfimo, u otras, que se dirigen a las casas escapando de la vida atrasada de sus ciudades a la gran urbe de la luz. Recomendaciones incluidas.
Nos encontramos en el nacimiento del nuevo siglo disfrazando la realidad. La palabra más usada por entonces era "deudas" y el mundo no ha cambiado demasiado en la actualidad.
Pagar las deudas se ha convertido en una obsesión en todas las familias, mercados nacionales e internacionales. Y, si no lo haces estarás emparedada.

En el film francés L´Apollonide del director Bertrand Bonello, nos ofrece una asiento privilegiado para observar la vida y las costumbres de tal actividad. Nos acomodamos en su recepción privadísima, y nos hace echar una ojeada a la pléyade de ninfas parisinas o foráneas. Podemos elegir con quien quedarnos, pues todas se acercan a la divinidad interpretativa y contemplativa.
Me han gustado absolutamente todas magistrales: Hafsia Herzi (Cuscús), Jasmine Trinca (La habitación del hijo), Adele Haenel, Noémie Lvovsky, Louis-Do de Lencquesaing, Céline Sallette, Iliana Zabeth, Alice Barnole... etc.
Mi decisión está tomada. L´apollonide es cautivadora, morbosa y terrible. Las imágenes de Bonello se acercan a los cuadros costumbristas del renacimiento con figuras salidas del pincel de Velázquez encuadradas en el fotograma, o más bien del impresionismo de Monet o Renoir. También bebe de la fealdad de los cuadros magistrales y monstruosos, de las narraciones sacadas de Edgar Allan Poe o de los cuentos eróticos del Marqués de Sade.

Pero además, es una película reveladora y reivindicativa de todas las mujeres violentadas por la fuerza del género masculino. Indefensas ante hombres, en refugios obscuros y territorios empapados por alcohol u otras sustancias. Prostitución de postín falsario, en una sociedad decadente de por sí.
Por supuesto, aquellas chicas reflejan su situación en la vida, usando un lenguaje atrevido, poético y alegremente desafiante a las reglas establecidas por los hombres o por el dinero. Su Madame es la cuidadora profesional, pero con sus miras puestas en el negocio.

Una chica indefensa y ultrajada, se quedará marcada de por vida por la violencia sexual. Riéndose amargamente de los caminos endiabladamente torcidos. Ni siquiera ánimos de venganza o de escape, ¿por qué... adónde iba a ir?. La calle no es un buen lugar sin defensa de las paredes o de las compañeras.

En definitiva The House of the Tolerance o L´apollonide, es para nosotros una incursión excitante... Para ellas, reveladora de comportamientos sádico-machistas de carniceros del amor. Un amor extraviado, un futuro incierto y un rostro forzosamente risueño.

Esto no es todo.
Los finales deben guardar lo más interesante para los espectadores-lectores.
Esa será otra cuestión para la reflexión. Para descubrir lo que esconde L´Apollonide tendréis que "penetrar" las puertas del secreto guardado en París.

**** Sobresaliente ****

Hermanos directores franceses noveles, David y Stéphane Foenkinos, nos traen un nuevo film con Audrey Tautou. Trailer La Delicadeza:


Julie Delpy interpreta y dirige su cuarta película con premio del Jurado en Festival de San Sebastián 2011. Reparto: Lou Álvarez, Eric Elmosnino, Aure Atika, Noémie Lvovsky, Bernardette Lafont, Emmanuelle Riva y Vincent Lacoste. Trailer Le Skylab:






martes, 12 de junio de 2012

El Pacto: de Roger Donaldson. Justice.


Un pacto "inacabado".



Cuando entras a una sala de cine y te acomodas en tu butaca, esperas pasar un rato entretenido y sobre todo si se trata una película de este estilo. Sólo pides que la historia del thriller te atrape sin remisión.
Justamente es lo que ocurre con este thriller llamado en España, El Pacto. (Aurum Producciones)



Tiene todas las hechuras técnicas suficientes para conseguir dejarte enganchado. Se desarrolla en una ciudad que conocí y me apasiona, Nueva Orleans. Un guión que hace sus guiños paralelos con filmes (mucho más estimables) como el interpretado en 1983 por Michael Douglas de título Los Jueces de la Ley (dirigida por Peter Hyams- Atmósfera cero).
Misma temática pero cambiando la actividad secreta de sus componentes.
Aunque, más atrás en el tiempo, podíamos retroceder a otra película referente de ésta. Film notable de Mervyn LeRoy(1959) interpretado con excelencia por James Stewart, El FBI contra el imperio del crimen (The FBI history).
Una agencia por entonces ultrasecreta, y manipulable políticamente. Dedicada a erradicar el crimen, o en su defecto el mal. Como ocurre precisamente en el Pacto. Sin olvidar, J. Edgar de Clint Eastwood.
Grandes diferencias...

Estas producciones entretenían infinitamente más. El Pacto tiene el dramático problema, de un desarrollo de la acción, algo confusa a partir de la mitad de proyección. Y sobre todo, una finalización de los hechos narrados poco elaborada en los personajes y los diálogos. Esta conclusión determina de forma deslavazada todo lo anterior visto, echando por tierra el trabajo de la primera hora de un suspense pasable.

Es como si el bueno y experto director, Roger Donaldsonhubiera necesitado "quizás" una mayor libertad o algo le hubiera coartado su forma de rodar habitual. El Pacto hubiera necesitado un acabado más depurado e interesante.
El profesional autor de películas como Motín a bordo, No Hay Salida, Trece Días o Burt Munro, por ellas, no debe haber olvidado como marcar la excelencia de su trabajo con un cierre mejor. Esto es una losa demasiado pesada como para levantar la calificación de esta obra.

Al menos, se produce un intento (baldío eso sí) de cautivar en esencia al espectador. Logra Donaldson parcialmente, contener a la estrella sem translúcida en la que se está convirtiendo en tiempos revueltos, el actor discutido Nicolas Cage. Si bien reduce considerablemente la acostumbrada retahíla de gestos exagerados y artificiales, de un actor que recordemos tiene un Oscar en sus vitrinas, y que participó en filmes de renombre como Rumble Fish, Birdy, Cotton Club, Arizon Baby o Corazón Salvaje, entre otras... Casi nada.

Y todo ello, con un reparto más que interesante que naufraga igualmente.
Guy Pearce en una semana he visto sus dos últimos fils y naufraga, January Jones, Jennifer Carpenter... fracasan también, pese a las buenas intenciones.
Ya no sé, si el problema es de Mr. Cage, por la poca estima a la elección de sus papeles o el guión a trompicones. Seguramente ambas cosas. Esperemos que el actor pueda tener algún día, un "rescate" adecuado para recuperar en su alfombra roja particular, un puesto más relevante en la cinematografía restante. Ya veremos... o es tiempo, de otras caras nuevas.

Por tanto, solamente me resta decir que hasta cierto punto... El Pacto entretiene, El Pacto es indigesto...
Y yo te digo contento, hasta la peli que viene.

** Regular **

Fotografías del film Frozen Ground dirigido por un director novel Scott Walker. Reparto: Nicolas Cage, John Cusack, Vanessa Hudgens, Curtis ‘50 Cent’ Jackson.


Otro director que se estrena en el largometraje, el irlandés John Michael McDonagh. Reparto: Brendan Gleeson, Don Cheadle, Liam Cunningham, Mark Strong y Fionnula Flanagan. Trailer El Irlandés (The Guard):


Los Hermanos Farrelly, Peter y Robert, están de vuelta... de todo. Nueva comedia con reparto: Sean Hayes, Will Sasso, Chris Diamantopoulos, Sofia Vergara, Larry David, Jane Lynch y Jennifer Hudson. Trailer Los 3 Chiflados (The Three Stooges):

domingo, 10 de junio de 2012

Sed de Mal: del maestro Orson Welles.


Sed de Mal: todos los matices del blanco y negro.

Bien sabido de todos los cinéfilos es que el pequeño Orson Welles fue un soperdotado para esto de la interpretación, de la escritura, e incluso de la dirección.
Igual detrás de la cámara, delante o cuando trabajaba en un teatro de guiñoles. Obras de Shakespeare que pasaban y actualizaban sus manos y su mente prodigiosa. Dibujo y pintura, asímismo, tenía un talento especial para la música.
Parece que fue concebido en un viaje de vacaciones por Río de Janeiro, quizás de ahí, su pasión y simpatía por España, en general por la cultura latina.

Sin embargo, sus padres y él, son de la ciudad de Kenosha en Wisconsin.
El pequeño Orson nacería con una dificultad en la columna vertebral que le produciría una peculiar y dolorosa forma de caminar.
El camino de Orson Welles en la cinematografía americana no fue un lecho de rosas, precisamente. A sus dificultades físicas, se le sumaron las continuas zancadillas de los jerifaltes de la industria. Las grandes productoras le pusieron el cartel de director displicente.
Muchas veces no comprendieron su capacidad asombrosa para diseccionar el rodaje y montaje de sus películas. Así, las entregas se demoraban en exceso para la distribución que no para el nivel artístico. El proceso de elaboración de Touch of Evil (Sed de Mal en España) no sería muy distinto a lo ocurrido en anteriores ocasiones.

Pues bien, se suele decir que Orson era un cineasta adelantado a su época, con toda la razón.
Una muestra de ello, es la genial composición que demuestra en 1958 con Sed de Mal.
En ella, el maestro Welles realiza una de las incursiones en género negro más innovadoras y personales que recordarán las generaciones próximas.
Aunque la postproducción estaría llena de cortapisas y recortes, lo habitual para la mayoría de sus películas. Si ya es, de por sí, una obra maestra a nuestro juicio...
¿qué habría sido de ella si Welles la hubiera montado con su forma especial?, como otras correspondientes a tal privilegiado.
Madre mía, no lo pensaré más. Que me cabreo.



En Sed de Mal, se conjugarían dos personalidades para sacar adelante el proyecto.
Orson contrataría a Charlton Heston, o más bien el actor en plena efervescencia profesional se encariñó y le propusó a Universal, como único candidato. En los últimos tiempos Heston ha sido discutido injustamente por muchos, cuando es un rostro que podemos ver en muchas maravillas del Séptimo Arte. Siempre por motivos diferentes a sus trabajos en el cine, que realmente no juzgo.
Un todo-terreno que vió en su papel del oficial del Departamento de Narcóticos mejicano Ramón Miguel 'Mike' Vargas, un personaje jugoso. E inolvidable.
De esta unión surgió el deseo desmedido de Heston por el director, y su creencia firme en el papel de investigador fronterizo de narcóticos. Haría todo lo posible para que Orson pudiera comenzar el rodaje de Sed de Mal, por encima de todas las trabas de los productores.
Gracias a Charlton Heston podemos visionar esta maravilla y ya sólo por ello, se merece todo mi respeto.

El casting que realizarían para la película, juntaría a un ramillete de actores magistrales.
Empezando por el propio Orson Welles, que se metería en la piel del gordo y sudoroso, a veces repulsivo, el capitán Hank Quinlan. Y, buscaría adrede una composición física sorprendente con rellenos incluidos, para ensanchar su oronda anatomía. Por lo tanto, es un duelo interpretativo entre ellos dos, pero se suman todos. Muy diferentes ramificaciones interpretativas y se produce la conjunción perfecta de personalidades con poder sobre la cámara.
Las tonalidades grises y las sombras te abrazan y sugieren sensaciones extrañas, cuando Orson compone los encuadres en los rostros atractivos o repulsivos de los actores. Esto en la época fue el símbolo distintivo y cualitativo de las producciones de la Edad Dorada de Hollywood.

Una vez terminado prácticamente el rodaje, en pleno edición de las imágenes (y como otras veces con un retraso considerable en los plazos de entrega), Orson vería diseccionada y mutilada su obra. Lógicamente renegaría de ella con todas sus consecuencias.
Todo a pesar de verse respaldado de un ramillete de profesionales en la producción, sonido, fotografía e iluminación, que conseguirían junto al reparto y la dirección de Welles, una película que crece con el tiempo hasta límites insospechados. Un film adelantado a su tiempo.
El público de la época no correspondería en taquilla, con la imaginación y los métodos ejecutado por el genio. Ahora, son habituales en todo el cine actual.
El resultado sería una colección de imágenes y una historia trastocada por manos extrañas. Pero, mantendría un poder de atracción que ni las intromisiones artísticas pudieron hacer mella en su magnífico metraje.
Sin embargo, la mutilación es uno de los sacrilegios y humillaciones, mayores que puede sufrir un creador. Aunque, Welles nunca se preocupó en demasía de estas ansias de control. Él quería ser libre y no le dejaron, hasta tener que salir de Estados Unidos. Con un riptus de dolor y alivio en su cara.

El director de Wisconsin quería rodar el film en la frontera mexicana, del lado Sur. En cambio, no sería posible por motivos económicos, seguramente, y tuvo que rodarse en Venice, Los Ángeles-California. Cosa harto dolorosa para Welles por su famosa querencia con la cultura latina (mejicana y española en concreto, demostrada por sus viajes y amor por los toros).
Y comienza de manera que será recordada, una de las mejores evoluciones de una secuencia inolvidable y milimétrica con grúa incluida. Es mejor verla, que comentarla con mis pequeñas palabras.
Una historia completa contada en unos pocos minutos.



El reparto se completó con la bella Janet Leigh, como la temerosa y maltratada mujer del inspector Vargas. Una pareja con feeling en sus rasgos exóticos.
Además, se produciría el curioso caso que su interpretación sería nombrada como la percursora de su contratación y posterior interpretación en Psicosis, de otro ser genial, el maestro Alfred Hitchcock.
Sin duda, ambos papeles de dúctil y acosada, tienen un paralelismo entre sí. De caracteres semejantes, esto lo debió ver la mente rápida de Hitchcock y no dudó en contratarla para ponerla en peligrosas manos de nuevo.




En Sed de Mal, existe un personaje tímido e inquietante por su incipiente obsesión, interpretado por Dennis Weaver (famoso actor posterior en numerosas series de tv, yo le recuerdo esencialmente por una, el detective McCloud a lomos de su caballo y aquella fantástica sintonía). Que pudiera ser el germen iniciático de nuestro querido Norman Bates.

Hay dos contrapuntos en las interpretaciones principales, una relaciona con el Bien y otra con el Mal.
El sargento interpretado por Joseph Calleia se une a la danza con el mismísimo Orson Welles por los caminos turtuosos, con añoranza por los viejos tiempos de herejías. Su interpretación del compañero de policía abnegado y dejado llevar por las circunstancias de la corrupción forzosa y de los arreglos sucios de los representantes de la ley de antaño. En su papel, casi se puede observar una atracción sexual por su jefe y distorsionador con las pruebas judiciales.
Quizás, sólo Orson sabía si dicho enamoramiento se quedaba únicamente en admiración profesional de los personajes.


El Mal también se une con el gran actor Akim Tamiroff, nacido en Tiflis en la antigua Georgia soviética. Una cara que dispone al espectador para la desazón, sabes que cuando su personalidad sudorosa aparece (el sudor y el humo es muy importante en las caracterizaciones) algo malo puede suceder.
Orson Welles le quería exprimir toda su faceta grosera, su peligrosidad animal. Por ello, rodaron una escena en la que Akim Tamiroff, en una pelea, tenía que morder y arrancar la lengua de un enemigo.
Orson le llamó ese día al plató, le marcó una mesa con un plato y una lengua de cordero encima.
Le explicó seguramente complacido de que debía introducirla en su boca, arrancar un pedazo y escupirlo, en la próxima escena de lucha a rodar. Con desagradable aprobación de profesional, aceptaría maldiciendo.
El resultado de la acción sería no incluirla en el resultado final de la cinta, y con Akin bastante rebotado con su colega.
Orson Welles y él, eran amigos y ya habían trabajado anteriormente a esta película en otra genialidad llamada Mr. Arkadin.



A todos ellos, hay que unir a otra "zíngara" y amiga de Orson, Marlene Dietrich.
Es el aire nostálgico, hechicero y poderoso de una estrella, que no dudó en acudir a la llamada. Aún teniendo que hacer un genial secundario con peso y posiblemente cobrando mucho menos de su caché en Hollywood.
Para el papel de Tanya, se maquilló y utilizó vestuario de películas anteriores. Welles sólo le había dicho, algo "enigmático" y su aparición en el rodaje sería algo digno de ver y elogiar.
El papel de la prostituta fronteriza y echadora de cartas ocasional, le avisa a Welles de que su porvenir se ha acabado. Puede que fuera también un mensaje para su trabajo en los estudios americanos.
Así mismo, un aviso de alerta. Orson Welles tendría varios accidentes, un esfuerzo físico en el duro rodaje que le proporcionaría leves lesiones en sus huesos. Su peso y dificultad de movimientos haría golpearse contra el suelo, a pesar de no ser anciano ni muchísimo menos.

Aún así, se mojaría hasta el final.
Y Marlene Dietrich se vería recompensada por su amigo y admirador, con varios minutos más de su actuación irreprochable en Sed de Mal. En cambio, no ocurriría con la testimonial aparición de la gran Zsa-Zsa Gabor, como dueña espectacular del club.


La cámara: Según han ido pasando los años, Sed de Mal ha ido creciendo en profundidad (si ya de por sí alcanzaba inmensas cuotas de magisterio), el tiempo la está poniendo en un lugar totalmente avanzado en sincronía con la actualidad.
Sus valores cinematográficos se ven completados con un poderío ideológico y estético sin discusión.
Welles se rodea de su viejo amigo en la dirección de fotografía, otro orondo Russ Metty (El Extraño) salido junto con él, de los míticos estudios RKO en comienzos como ayudante.´
Ambos se meten en el rodaje de manera soberbia, la impregnación de dos mentes para rodar la perspectiva de los personajes y enfocar encuadres prodigiosos. Muy pocos han estado a la altura de este trabajo llevado a la pantalla. Un mundo de blanco y negro elegido adrede por Orson Welles, que fotografía a las estrellas con una luz impagable en las viejas películas en 35mms.

Casi todo el mundo impactado, habla del portentoso comienzo del plano secuencia inicial, un atentado luctuoso en la peligrosa frontera mejicana y ajuste de cuentas por el tráfico de drogas que hubiera podido ser por sí mismo otra película completa. A penas sin narración, sólo al alcance de los genios.
Pero además, durante toda su metraje, las riendas del director se ven en las tomas, colocando la cámara a los pies de la escena, cogiendo profundidades de campo fuera de época, con filmaciones miliméticamente preparadas y varios intérpretes entrando y saliendo en un orden perfecto. A veces, pareciera obra del azar en la acción, más bien, un estudiado cuadro costumbrista.
Los planos contrapicados en escorzos de belleza extraordinaria, esa inquietante iluminación que dibuja y conforma para mí, una de las obras cumbres del cine negro.



El guión: Buena muestra de que Orson Welles era un pequeño genio de niño, sería su participación en obras de Shakespeare (a partir de 7 años comienzan sus escarceos interpretativos serios, pero con menos ya demostró su inquietud). De igual manera, sus principales y mejores films se realizarían en sus etapas más tempranas, demostrando con sus correcciones de guión que podía forzar todas las vueltas de tuerca posibles. Una capacidad creativa que podía reflejar la decadencia de las sociedades modernas, de amores no correspondidos y traiciones delictivas.
Sus valores creativos se observan al coger la historia de Whit Masterson (título original Badge of Evil) y mostrarla como una composición de la corrupción moral en todos los niveles de la sociedad. Robert Allison “Bob” Wade y H. Bill Miller, son los dos escritores que conformaron la sociedad y usaron dicho seudónimo para editar algunas novelas llevadas al cine.

Un reflejo brillante de anticipación de los tiempos que vivimos actualmente, retrato de las andanzas primigenias de los pandilleros juveniles que posteriormente llenarían infinidad de cines. Nada menos que en la frontera tajano-mexicana. Un tex-mex lleno de música (del año 1958) que cambiaría las décadas venideras, la fuerza del rock&roll que emergía con su visión anticipada al futuro.


Por si fuera poco, se sumerge en el oscuro mundo de las drogas duras, donde tráfico y consumo de estaba bastante alejado de la idea que tenemos ahora sobre todos estos problemas, como si Welles estuviera inmerso en una ciudad cualquiera de finales del siglo XX. No es de extrañar que Touch of Evil, no se comprendiera totalmente por aquel público de finales de los 60´s.
Continuamente mutilada y vuelta a montar, una era en que el recato y control de contenidos convergía con la libertad del artista. Los medios al servicio del dueño y señor.

Así, en la actualidad, se pueden hallar varias versiones diferentes de Sed de Mal. Quizás, la más cercana a la idea original del cerebro wellesiano, se produciría con las notas que escribió él mismo a posteriori, marcando sus pautas.

De todas formas, ni las malas acciones del dinero con el arte, ni el tiempo han degastado las imágenes turbadoras, violentas y nostálgicas de una imponente obra de Orson Welles.


***** Obra Maestra *****




B.s.o. creada por Henry Mancini.



viernes, 8 de junio de 2012

Project X: comparando las fiestas.


Este no es un post para comparar calidades.


Cuando pensé por primera vez en la película Project X (Warner Bros.com), me dije que sería como cualquier otra sobre fiestas de alocados "niñatos". Este calificativo no es de menosprecio, creedme. Todos hemos tonterías en una edad temprana...
Pero, sin embargo, cuando ví su trailer me pareció que el tratamiento (aunque con humor sobre sexo y drogas) podía ser distinto. No me equivoqué, su ritmo y forma de desarrollar la historia es completamente alocado, alucinatorio y divertido.

Y más aún, cuando me enteré que su realizador es de origen hindú, Nourizadeh Nima. Con mezcla de nacimiento en Londrés. El resultado es un trabajo que puede sorprender a más de uno. Entre los cuales me uno.
Por eso, a lo mejor ha tenido críticas muy dispares. Otra consecuencia de su temática entre el documental casero, la sublimación de la popularidad y la crítica a la irresponsabilidad (tomada eso sí, muy libremente, y de manera burlesca). Me encantan esos puntos entre el protagonista, el joven actor que trabajará mucho a partir de ahora Thomas Mann y sus padres peliculeros. (Curiosidad: este actor es homónimo del gran escritor alemán autor de La muerte en Venecia o La montaña mágica).

Pues, al igual que en la película Project X, quería dar un aire distinto a mi comentario sobre ella. A ver si lo logro.

Como bien dije, nunca pensé que me gustaría un film que tratase sobre las raves, con música disco, alcohol y drogas y sexo entre adolescentes. E, igualmente he escrito que me sorprendió este film. Chavales de ambos sexos zambulléndose en el consumo abusivo, pero quién no ha asistido alguna vez a una "rave". Yo, desde luego, he estado en ellas.
En cambio, en esta historia se lleva todo hasta el extremismo. Quizás, la diferencia radica en la localización. Las fiestas como las que normalmente se disfrutan por otros lares, se hacen en lugares más sencillos. En Project X, todo trancurrirá en una urbanización de nivel en >Los Ángeles, California. (Todavía recuerdo como un niño, mi visita a dicha ciudad. Pasear por Hollywood visitando los lugares sagrados de la cinematografía americana).

Volviendo a la película. Su tratamiento es una explosión de diversión, con un increscendo de locura juvenil que no da tregua al espectador. Pero, puede caer en el rechazo de plano de mayores con pocas ganas de pasarse de la raya. Padres algo diferentes a los protagonistas de este desastre familiar.
Pondré como ejemplo, otro film, bastante diferente. Pero, con conexiones...


El Guateque, de Blake Edwards. Una maravilla de la carcajada.
Han pasado más de 50 años de que Mr. Edwards rodará al genial Peters Sellers, cargándose una fiesta a base de divertir al personal. Guiando a un grupo de personas hacia el disparate, con múscica hipnótica de la época. Una fiesta hippy con todas las de la ley.
Lógicamente, no trato de compararlas en su calidad cinematográfica. Aunque una es una obra maestra y la otra, una interesante propuesta. Poseen ambas puntos en común evidentes.

El personaje principal de las dos películas, se ve atrapado y engullido en una maravillosa fiesta que ambos se les va de las manos, por la irresponsabilidad. Uno ya es mayorcito, pero teniendo la cara de pasota mete-patas de Peters Sellers se acercan las posiciones de nuestros jóvenes protagonistas de Project X. Siempre en cuenta que Sellers es fantástico en todo lo que hace, y recae sobre él, todo el peso de la película. Si ésta hubiera fracasado, Sellers se resentiría irremediablemente en su trabajo.

Los guateques locos, son parecidos en todas partes. La diferencia cultural y temporal, entre ambas producciones, se evidencia hasta el nivel de degradación colectiva que se produce en el interior de sus casas.
Aquí, es dónde se produce otro nexo común. Las casas son tratadas como otro protagonista esencial en las historias que se cuentan. No sólo en el misterio y el terror se produce esta conclusión, las casas fiesteras reclaman su papel principal.
El recorrido por sus pasillos, de distintos niveles, por sus jardines o piscinas exteriores e interiores, por sus habitaciones... demuestran que estas residencias son de película.
Las situaciones disparatadas se suceden en sus dormitorios, cocinas y en el líquido elemento. Porque el agua se manifiesta en receptáculo de la diversión y el descontrol. Chapuzones entre espuma o caídas desde la altura están asegurados en ambas.

Incluso, en ellas se añade un elemento distorsionador y espectacular que participará con su aparición en la sorpresa acuática. De la misma magnitud "sorpresiva".
Por tanto, el humor de distinta graduación se desarrolla por las esquinas de estas, otrora, tranquilas residencias.

Blake Edwards y Nourizadeh Nima, no tienen muchas cosas en común. Sólo que el primero nacido en Tulsa (Oklahoma) fallecería en Santa Mónica, población de California con numerosas residencia parecidas a la de Project X. Pero, le une el rasgo común (en tan sólo su primer film) al primerizo director londinense, las ganas por revolver con humor las cosas. Esperemos que Nourzadeh pueda continuar en el futuro su carrera, con el mismo ritmo de éxito. Díficil será atrapar a Edwards con numerosas películas y obras maestras a sus espaldas y en muy distintos géneros cinematográficos.
Otra característica común, se establece en el catálogo de personajes que se verán avocados al desastre final. Ambos directores se han sabido rodear de secundarios que toman las riendas, en determinados momentos, de la extravagancia y el exceso. Muchas veces, en la línea de los grandes maestros cómicos de viejas risas en blanco y negro. Donde la fisicidad y el gag, se convertían en la pieza angular de la comicidad. Golpes y caídas, emergidas de atletas en primera persona. O con profesionales procedentes de las escuelas de dobles de acción, dobles de carne y hueso profesionales, para evitar las roturas de las estrellas.

En sus guiones se puede visionar un desmedido interés por la anarquía, el ataque a las reglas establecidas de la convivencia. Aunque, en Project X no como consecuencia del caos, sino como efecto potencial de él mismo. Motivos más que suficientes para zambullirse en un viaje alucinatorio y musical, en las aguas de rey Baco. Una bacanal de risas, con o sin sexo, mucho alcohol (siempre recordaremos como una de las mejores interpretaciones de un borracho gracioso en El Guateque) y destrucción del contenido mobiliario. No voy a dar más datos. Eso sí, con consecuencias divergentes socialmente para los protagonistas, y semejantes en la consecución de los objetivos sobre el sexo femenino. Pero con matices generacionales.

El Guateque, de Blake Edwards: ***** Excelente *****

El cóctel que maneja Project X es más potente, el alcohol excesivo, se mezcla con otro tipo de sustancias más destructivas. (De las cuáles se evidencia alguna falta de denuncia más contundente), pero el tema está tratado como si de documental real se tratase. Y es una acierto, para una historia verdadera aunque tuviera detalles de ficción.

Aunque las diferencias son mayúsculas en el tratamiento más actual de la imagen y la banda sonora, Project X me ha proporcionado unos momentos de sorpresa muy gratificantes. Además, de un recordatorio por el humor envolvente de diferentes épocas cinéfilas.
Un viaje alucinatorio por los caminos "extasiantes" del hippismo.

Una interesente propuesta con el sentido del humor gamberro.

*** Interesante ***

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